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“Con el juego no se juega”
La tercera jornada de “Iberia Ludens” se centra en el debate de la problemática existente en la enseñanza de los juegos tradicionales
“La metodología aplicada a la enseñanza de los juegos tradicionales” y “el juego tradicional como dinamizador de sociedades” fueron los focos del debate en la sesión matinal de la tercera jornada de la I Escuela de Verano Internacional de Juegos Tradicionales “Iberia Ludens” (I EVIJT Iberia Ludens) que organiza la Asociación Cultural “La Tanguilla” de Aranda de Duero. El salón Baco del Área Tudanca de Fuentespina sirvió de escenario para un intenso intercambio de pareceres sobre estos asuntos entre la treintena de personas que participan en la Escuela. Por la tarde, en las instalaciones deportivas del Inacua arandino, las y los compañeros de Aragón, La Rioja y Galicia mostraron las singularidades de algunos de sus juegos y, por supuesto, todo el mundo disfrutó con su puesta en práctica.
Después de la jornada distendida de ayer jueves, con “excursión” incluida, el alumnado de la I Escuela de Verano Internacional de Juegos Tradicionales “Iberia Ludens” se fajó de lo lindo durante la tercera cita lectiva que se ha desarrollado hoy viernes día 13 de julio. No era para menos. “La metodología aplicada a la enseñanza de los juegos tradicionales” y “el juego tradicional como dinamizador de sociedades” sirvieron de sustrato para un más que jugoso, intenso y en algunos momentos también acalorado intercambio de posturas entre las y los alumnos. Y todo para dejar bien claro un aspecto lapidario que transmitió el ponente de la primera conferencia, Víctor Baroja i Benlliure, y con el que todos y todas sintonizaban: “Con el juego no se juega”.
Se habló de si era bueno o no acceder a los centros educativos. De si el juego es una herramienta para educar, no académica. De si hay o no que devolverlo a su entorno natural: la calle. De que había que hacer ver al profesorado que con los juegos tradicionales se ejercita la transmisión del patrimonio cultural de la sociedad y se provocan experiencias y sensaciones únicas entre las personas. También se apuntó que el juego pertenece al ámbito del tiempo libre y que la implantación de los mismos en los colegios debe servir de escaparate para su promoción. A la vez se hizo hincapié en la importancia del relato a la hora de contextualizar el juego y así lograr que éstos calen de verdad. Por último se expuso la necesidad de ser valientes para llevar a cabo esta andadura y creer firmemente en lo que se hace, puesto que todo ello requiere un esfuerzo notable…
Para rebajar un poco la temperatura reinante en el ambiente, el profesor Baroja, que puso en valor que en esta Escuela hubiera cuatro profesores y profesoras de Educación Física de Secundaria, recurrió a un juego de azar basado en la lotería napolitana denominado Quina. Con un cartón tipo bingo, unos altramuces para fijar los números acertados en el panel y el canto del “loro”, Víctor, se pasó un rato muy entretenido. El más afortunado resultó ser José Lombardero, de la Asociación Xotramu de Muimenta, en Lugo.
“No somos realmente conscientes de la fuerza que tienen los juegos tradicionales”
La segunda parte de la mañana tuvo un marco menos tenso que la primera. La mesa redonda sobre los juegos tradicionales como dinamizadores de la sociedad fue más distendida, pero no por ello menos provechosa. El encargado de catalizar la reacción química ya activada desde primera hora de la mañana fue Carlos de la Villa Porras, presidente de La Tanguilla. Él se centró en las inmensas potencialidades del juego tradicional en muchos ámbitos de la sociedad. “En estos momentos de masificación del turismo en el planeta, nuestros juegos pueden servir de recurso turístico de primer orden y ayudar a dinamizar el entorno rural. Nos lo tenemos que creer, ya que el turismo nos necesita. Tenemos que especializarnos en este campo, pero sobre todo lo que debemos hacer es vendernos, pero bien. Tenemos que dar valor a lo que hacemos. Generamos experiencias vitales de primer orden y con los juegos lo logramos. No somos realmente conscientes de la fuerza que tenemos con los juegos tradicionales”, ahondó nuestro compañero.
Para reafirmar todo lo anterior, De la Villa puso varios ejemplos a nivel mundial de cómo estas aseveraciones tienen traslación al mundo real. Habló del festival Tocatí en Verona (Italia). Los muchos que hay en Francia o en España. Y para ello puso sobre la mesa la propia experiencia de La Tanguilla en un festival musical del arraigo de Sonorama Aranda. “Nosotros formamos parte del Sonorama Baby, y el éxito de esta actividad es incuestionable. Y supongo que vosotros y vosotras en vuestros respectivos territorios gozáis de una gran reputación a la hora de difundir los juegos en eventos de primer orden. Por lo tanto, todo ello debemos visibilizarlo, compartirlo y entre todos tejer una red que nos brinde una mayor solidez y pujanza en ese objetivo que perseguimos todos: la difusión de nuestros juegos, un patrimonio de primer orden”.
Juegos de Aragón, La Rioja y del Patrimonio Lúdico Gallego
Ángel…, de la Sociedad Cultural y Deportiva Comuneros de Calatayud (Zaragoza), Jesús…, de La Rioja, y Noelia Lombardero y su padre Juan, ambos de Xotramu, hicieron las delicias durante la tarde en las instalaciones del Inacua arandino. Todos ellos nos descubrieron los entresijos de los juegos más representativos de sus territorios para luego ponerlos en práctica.
En esta oportunidad, al disponer de un imponente frontón de pelota, el compañero riojano nos mostró las excelencias de las diferentes modalidades de pelota, pala, paleta y cesta punta sobre el propio terreno. Eso sirvió de acicate para que luego la mayor parte de la gente diera un paso adelante para probar como se juega a estas modalidades.
Lo mismo hicieron las y los compañeros lucenses con sus juegos, a los que se sumaron a practicar varias personas que estaban pasando la tarde por allí. De entre todos ellos reseñar el juego orensano de A Bugalliña que nos descubrió la compañera gallega Manuela Vázquez. Un juego casi en extinción al que solo juegan mujeres en un pequeño pueblo de Orense, y que pese a las dificultades que entraña su comprensión en una primera instancia, una vez que interiorizas su mecanismo es muy agradecido.
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