La equidad, una asignatura pendiente en la práctica de los juegos tradicionales

El debate sobre la perspectiva de género pone el broche a la I Escuela de Verano Internacional “Iberia Ludens”

La conferencia de la profesora gallega de Educación Física, Manuela Vázquez sobre “la perspectiva de género en el mundo de los juegos tradicionales” sirvió para dar por finalizada la primera edición de la Escuela de Verano Internacional de Juegos Tradicionales “Iberia Ludens” (I EVIJT Iberia Ludens) que ha organizado la Asociación Cultural “La Tanguilla” de Aranda de Duero entre el 10 y el 13 de julio por tierras ribereñas. Esto, junto con la visita al Museo de los Juegos Tradicionales, y a la bodega municipal arandina de “Las Ánimas”, junto con la entrega de los diplomas de asistencia avalados por la UBU sirvieron para clausurar la cuarta y última jornada de esta cita.

La Asociación Cultural “La Tanguilla” quería que todo lo que se hiciera a lo largo de las cuatro jornadas que ha durado la I Escuela de Verano Internacional de Juegos Tradicionales “Iberia Ludens” tuviera enjundia. Había que mantener la tensión entre las y los asistentes a la misma hasta el último instante. Y así fue. Todo gracias a la habilidad de la profesora gallega de Educación Física de Secundaria Manuela Vázquez. Ella, con la conferencia sobre “la perspectiva de género en el mundo de los juegos tradicionales” lo consiguió con creces. Es más, dejó abierto y pendiente un debate muy interesante para citas futuras de “Iberia Ludens”.

De entre las muchas afirmaciones que plasmó esta docente durante su intervención, hubo una para remover las conciencias de este colectivo: “la equidad es una de las principales asignaturas pendientes en la práctica de los juegos tradicionales. Hay que tener en cuenta la igualdad entre sexos a la hora de jugar”, señaló ella. Y en esa misma línea se posicionó la compañera de Xotramu, Noemí…, que apuntó la necesidad de “realizar una observación atenta a los juegos y sus prácticas, con una mirada limpia para identificar de inmediato esas desigualdades para luego corregirlas”.

Vázquez hizo patente a la hora de hablar sobre la perspectiva de género que debemos tener en cuenta los estereotipos y los roles, “de tal manera que no nos mediaticen en nuestro cometido. No debemos olvidar que ni los juegos, ni los juguetes tienen género. Somos las personas los que les otorgamos esa condición con nuestras decisiones”, sostenía. Y para intentar contrarrestar esta realidad ella ha elaborado un decálogo sobre los juegos tradicionales desde la perspectiva de género. De aquí ha salido un firme compromiso para intentar cumplirlos en lo sucesivo. Ardua tarea, pero claramente necesaria si queremos tener una prácticas de los juegos tradicionales limpios y totalmente inclusivos.

Visita al Museo de Juegos Tradicionales y a la bodega de “Las Ánimas”

Una vez concluida la charla, el alumnado de “Iberia Ludens” abandonó momentáneamente el recinto del Área Tudanca en Fuentespina para desplazarse hasta Aranda de Duero para descubrir dos centros muy interesantes. Por un lado, el Museo de los Juegos Tradicionales que “la Tanguilla” tiene operativo desde mayo de 2013 en la Plaza Mayor arandina, justo encima de la oficina de turismo. Aunque algunos y algunas ya lo conocían, otros y otras no. La sorpresa que se llevaron al poder contemplar y tocar juegos de todo el mundo fue muy impactante. Todo ante la atenta mirada y explicaciones de Gregorio Cámara y Carlos de la Villa, director del Museo y presidente de nuestra Asociación, respectivamente.

Después de pasar un rato placentero con las maravillas que allí hay expuestas, las y los expedicionarios de la Escuela, en compañía de dos guías de turismo locales, pudieron visitar la bodega subterránea de “Las Ánimas”. Se trata de una ejemplo muy bien conservado del excelso patrimonio subterráneo con que cuenta la villa ribereña.

El asombro y el impacto positivo por la contemplación de estos dos recursos turísticos arandinos hizo que la clausura de esta primera edición de la Escuela se alargase un poco más de lo previsto. De regreso al Área Tudanca se procedió a la entrega de los diplomas de asistencia por las 32 horas de carga lectiva acreditada por la UBU. Una vez concluido el trámite, y tras las palabras de agradecimiento de rigor, la treintena de personas participantes puso el broche a su estancia por tierras ribereñas degustando el plato típico por excelencia de la zona: el lechazo asado.