Infantiles
La tala
Para jugar la tala se necesita un palo de madera de unos diez centímetros, al que se le afilan los extremos, llamado tala o toña y una tabla de medio metro de larga para golpear la tala.
Este juego tenía muchas variantes pero aquí solo hablaremos de dos de ellas.
La más sencilla, que se jugaba por parejas, consistía en lanzar la tala lo más lejos posible, golpeando uno de sus extremos para hacerla saltar, y una vez en el aire, batirla con la tabla.
El que había lanzado la tala debí calcular cuántas tablas cabían en la distancia alcanzada, y decirlo en voz alta. Se medía, y si se había equivocado dejaba lanza al oponente.
En algunas ocasiones, para hacer más difícil el juego, en lugar de hacer el cálculo de tablas que cabía, se hacía con el número de talas, lo que aumentaba considerablemente la dificultad para acertar.
La otra variante del juego de la tala se desarrollaba en un espacio abierto en el que se trazaba un círculo en el suelo, de un tamaño relacionado con el número de jugadores de cada equipo.
El objeto de uno de los equipos era alejar a tala lo más posible del círculo, mientras que el otro equipo trataba de devolverla al centro para ganar la partida,
El juego comenzaba echando a suertes para decidir qué equipo se quedaba dentro del círculo para comenzar a jugar.
El capitán del equipo situado dentro del círculo lanzaba la tala lo más lejos posible, dejándola caer de una mano y golpeándola con la tabla, evitando en lo posible que los jugadores del otro equipo, repartidos en los alrededores del redondel atraparan la tala en el aire, pues podrían intentar meterla en el centro del círculo, en cuyo caso se invertirían los papeles y serían ellos quienes iniciaran la jugada.
Si por el contrario la tala cae al suelo, el equipo exterior no puede tocarla, y los jugadores del equipo lanzador tiene derecho a lanzarla tanta veces como se hubiera acordado previamente (una vez por jugador o un número exacto de veces en caso de ser muchos los jugadores de cada equipo), sin que se pueda tocar la tala con la mano, para lo cual deberá golpear primero un extremo de ésta para que salte, y una vez en el aire golpearla fuertemente con la tabla en la dirección deseada.
Otras variantes conocidas son el cambio de la tabla por un palo del mismo grosor de la tala, recibiendo en este caso el juego el nombre de mocho.
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