Infantiles
El bote
Este juego es muy similar al escondite, la única diferencia es que para jugar se utilizaba un bote, relleno de piedras menudas y cuya tapa se aplastaba para que no se salieran las piedras, de forma que al agitarlo o darlo una patada sonaba con un estrépito que hacia de este juego uno de los menos agradables para los vecinos que tenían que soportar el ruido a la puerta de su casa en las noches de verano.
Para jugar se hacía un círculo en el suelo y dentro se colocaba el bote. Antes de empezar se echaba a suertes a ver quién se la quedaba,
Pinto, pinto,
Gorgorito,
¿Dónde vas tú,
Tan bonito?
A la casa
De mi abuela
Pim, pam, pum
¡Fuera!
Y así hasta que sólo quedaba uno, que era quien la ponía, y comenzaba el juego golpeando con el bote en el suelo, dentro del círculo, y contando hasta cincuenta, mientras los demás iban a esconderse.
Si el que ponía descubría a alguno, golpeaba con el bote en el suelo tres veces y gritando el nombre del descubierto: “¡Por Fulano!”.
Si alguno de los escondidos lograba burlar la vigilancia del que ponía y conseguía dar una patada al bote, los que estaban dados quedaban libres y el que ponía, después de recoger el bote, debía empezar a contar de nuevo y a intentar descubrir a los escondidos.
Sólo dejaba su puesto cuando conseguía localizar a todos los escondidos.
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