Infantiles
El pañuelo
El pañuelo era un juego de eliminación en el que la velocidad, la picardía y la estrategia del jefe de la pandilla se unían para salir ganadores del enfrentamiento.
Para jugar al pañuelo se formaban dos bandos, cada uno con del mismo número de jugadores,
El terreno de juego estaba formado por tres líneas paralelas, trazadas en el suelo, a una distancia de unos diez metros entre cada una de ellas.
En la línea central se colocaba la madre, sujetando un pañuelo con el brazo extendido.
En cada una de las otras dos líneas se situaban los dos equipos, cada uno de ellos al mando de un capitán, que asignaba un número a cada uno de los componentes de su grupo.
Para comenzar el juego, la madre cantaba en voz alta un número, y de cada grupo salía a por el pañuelo el poseedor de dicho número.
Si uno de los jugadores llegaba con la suficiente ventaja como para regresar a su línea con el pañuelo sin que el rival le alcanzara, intentaba jugar así, pero lo más normal es que ambos rivales llegasen al centro sin una clara ventaja.
En este caso los dos jugadores se tanteaban mutuamente, unos haciendo el amago de llevarse el pañuelo, pero sin agarrarlo, procurando que el otro jugador saliera a por él y pisase la raya, en cuyo caso sería eliminado, o bien hasta que uno de los dos aprovechaba un despiste del contrario y echaba a correr hacia su línea. Si el contrario le atrapaba, quedaba eliminado; si no, era el perseguidor el que debía abandonar el juego.
Cuando un jugador era eliminado su número era adjudicado a otro compañero, que debía estar atento para salir si la madre cantaba alguno de sus dos números.
El juego finalizaba cuando habían sido eliminados todos los jugadores de un equipo.
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