Infantiles
Juegos de pelota
Tengo una pelota
Que salta y bota
Y si se me rompe
Ya tengo otra
Con una canción como ésta y una pelota los niños y niñas pasábamos interminables horas jugando, botando la pelota sin parar, pasándola por debajo de las piernas, alzando la pierna para pasar sobre la pelota, en fina haciendo filigranas y acrobacias que nos hacían peder la noción del tiempo.
La pelota, compañera inseparable de nuestros juegos de infancia, formaba parte de nuestra cultura deportiva y lúdica, ya raro era el niño que no llevaba en sus bolsillos, junto con las chapas, las peonzas y demás tesoros.
Podía tratarse de una pelota comprada; podía ser incluso, una de las famosas pelotas verdes que la firma de calzados “Gorila” incluía como promoción en todas las cajas de botas de lona que calzaban a la mayoría de niños y jóvenes de los años sesenta; o mejor aún, podía ser una pelota hecha a mano, con su núcleo de manera de boj, alrededor del cual se enrollaba una fina tira de goma, generalmente de un neumático viejo, una unas cuantas vueltas de lana, y como capa protectora una fina película de cuero Pero si no disponíamos de este material, no había problema: unas cuantas vueltas de esparadrapo impedían que a nuestra pelota se le salieran las tripas.
Con la pelota se podían pasar jugando horas y horas sin que el aburrimiento hiciera presencia. Desde el juego individual de botar la pelota, anteriormente descrito, hasta el juego del rey, practicado en grupo y en el frontón o en una pared propicia para ello, pasando por los pies quietos, podríamos confeccionar un amplio catálogo de juegos con pelota que darían de sí para escribir un volumen monotemático, pero ahora, dad la limitación de esta obre, vamos a describir los dos juegos citados.
Para conocer el juego de “El Rey”, recurriré una vez más a la obra “Juegos y Deportes tradicionales en la Provincia de Burgos”.
REGLAMENTO DEL JUEGO DE “EL REY”
Generalidades del juego.
El juego del “Rey” es un juego de pelota a mano que se desarrolla en un frontón, y en el que participan tantos jugadores como se quiera, aunque normalmente nunca suelen ser más de quince.
El objeto de este juego es resultar vencedor en un partido de pelota, que en su primer coto se juega por sistema de todos contra todos, y que en los cotos o juegos siguientes enfrenta al vencedor del último coto, que adquiere el nombre de REY, a todos los participantes.
El juego comienza fijando las normas elementales con las que se va a regir la partida: Se establece la línea de saque o falta, generalmente el DOS; Se determinan los puntos que se le asignan al rey, generalmente MEDIO por cada participante eliminado; Y finalmente, se sortea quién efectúa el primer saque
Desarrollo del juego.
Una vez comenzado el juego los participantes deberán cumplir las siguientes normas:
Primer juego.-
1ª.- El jugador que saca deberá hacerlo de manera que la pelota bote después de la línea fijada de antemano como de “falta” o “saque”. En caso de que la pelota no alcance esta línea, se considerará “falta”.
2ª.- La pelota podrá ser devuelta por cualquier jugador participante en la partida, y así sucesivamente hasta que algún jugador haga “falta”.
3ª.- ;Los jugadores que quieran devolver o restar una pelota podrán solicitarlo al resto de los participantes gritando ¡mía!. En este caso serán ellos los responsables de devolver la pelota, ya que en el caso de que no lo hicieran, cometerían “falta”, aún cuando no hubieran llegado a jugar la pelota.
4ª.- Se considerará que han cometido “falta”, aunque no hayan jugado la pelota, los jugadores en que concurra alguna de estas circunstancias:
- Cuando la pelota no haya sido devuelta por ningún jugador se le computará la falta al más próximo al lugar donde botó la pelota.
- Cuando una pelota no haya sido devuelta por ningún jugador se le señalará falta al jugador que se hubiera movido, aunque no sea éste el más cercano al lugar del bote.
- Cuando deliberadamente obstaculicen al Rey o a cualquier otro jugador mientras se desplazan por el frontón.
5ª.- En el desarrollo de este primer juego queda eliminado todo jugador que comete falta.
6ª.- Se proclama Rey al jugador que consigue eliminar a todos los adversarios.
7ª.- Al Rey se le concede UN punto por haber ganado el juego y MEDIO punto por cada uno de los participantes que ha conseguido eliminar.
Juegos sucesivos.
El juego continúa, ahora con un Rey, que a partir de este momento jugará contra el resto de jugadores, en base a las siguientes normas:
1ª.- Los saques siempre los efectúa el Rey, pudiendo restar cualquier otro jugador, teniendo en cuenta las normas detalladas para el primer juego.
2ª.- El Rey podrá limitar el número de jugadores que se apunten “de nuevas” al juego, pudiendo exigir más puntos en función de las nuevas incorporaciones de jugadores.
3ª.- Quedará eliminado todo jugador que cometa “falta”, con excepción del Rey, que cuenta con tantas vidas como “medios” puntos tenga acumulados.
4ª.- Cuando el Rey haya cometido tantas “faltas “ como medios puntos tenía, pasa a formar parte del juego como uno más, sin ningún privilegio.
5ª.- Cuando en el juego no queda Rey, los saques los efectuará el jugador que hubiera hecho la última jugada válida (Inmediatamente antes de que un jugador haya quedado eliminado)
Fin de la partida. La partida finaliza cuando no hay luz suficiente o previo acuerdo de los jugadores[1]. Si se retira sólo el Rey, la partida comienza de nuevo, no pudiendo ceder los puntos que tuviera en ese momento. En caso de que se suspenda la partida por acuerdo de todos, se puede continuar al día siguiente, respetando en este caso los puntos que le hubieran quedado al Rey.
Existen muchas variantes de este juego, siendo el más conocida el de la “mona” o el “infierno”.
El sistema de juego es el mismo, con el único añadido que en este caso el jugador que hace o comete falta NO queda eliminado sino que pasa a ocupar un lugar en el espacio delimitado por la pared frontal y la “raya del uno”. Permanecerá allí hasta que finalice el juego o cuando consiga coger la pelota a cualquiera de los jugadores en activo, siempre y cuando para ello no se salga de la zona indicada anteriormente, y la pelota no haya dado ningún bote. En este caso el jugador sale del “infierno” a continuar la partida y el jugador al que éste le ha arrebatado la pelota ocupa su lugar.
Pies quietos:
Este juego era uno de los más practicados cuando a los más pequeños nos apetecía jugar a la pelota y no disponíamos de frontón por estar ocupado por los mayores.
Podíamos jugar un gran número de jugadores, pues el juego se desarrollaba en un espacio abierto y amplio, generalmente una plaza o una era.
Se echaba a suertes, y el que se la quedaba cogía la pelota, que tenía que ser de goma.
Para comenzar el juego propiamente dicho, todos los participantes formaban un corro a través de la madre, que lanzando la pelota al aire pronunciaba el nombre de uno de los jugadores. Éste, debía hacerse lo más pronto posible con la pelota, y los demás jugadores procuraban alejarse lo más posible de la zona donde previsiblemente caería la pelota, pues en el momento en que el nombrado alcanzara la pelota y pronunciara la frase “Pies quietos!” nadie podría moverse del sitio en el que estuviera.
El jugador que tenía la pelota podía dar tres pasos, generalmente unas zancadas tan largas como le permitiera su condición física, con el fin de acercarse lo más posible a uno de los jugadores e intentar alcanzarle con la pelota
Si lo conseguía, se libraba y pasaba a quedársela el jugador alcanzado, y si no lo lograba, volvía a comenzar el juego quedándosela el jugador que tenia la pelota.
[1] O cuando así lo decida el dueño de la pelota. Nota del autor.
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