Infantiles
Las muñecas
Los juegos de muñecas o con muñecas eran típicamente femeninos, y tenían tantas variantes como grande fuera la imaginación de las jugadoras.
Desde el entretenimiento elemental de vestir y desvestir a las muñecas, con ropas o accesorios adaptados a la situación que se intentaba recrear, hasta las maravillosas casas de muñecas, con su reproducción a escala de una vivienda de época, pasando por las muñecas elaboradas basándose en personajes reales o de ficción, todas las niñas, y no tan niñas, contaban con una muñeca como elemento inseparable en sus ratos de ocio.
Las más comunes eran las peponas, preciosas muñecas de cartón piedra, acabadas con una capa de fina “porcelana”, y de un tamaño bastante acercado al de un bebé real. Esas muñecas contaban con un completo ajuar que proporcionaban agradables ratos cambiando sus ropas, o maquillándolas, o recreando situaciones de la vida cotidiana, en el que la muñeca y sus accesorios actuaban a nuestro antojo.
Posteriormente fueron apareciendo muñecas comercializadas en serie que alcanzaron un notable éxito, como la serie de muñecas elaboradas por la firma Famosa, la Barbie, Nancy y su compañero Ken, o las primorosas Holly Obvies, con especial mención a la nacional Mariquita Pérez que en los años posteriores a la guerra civil se convirtió en el juguete más deseado de las miñas españolas. Actualmente esta muñeca ha sido objeto de una reedición que ha vuelto a cosechar el mismo éxito de la original.
Al jugar con las muñecas era frecuente cantar canciones, siendo la más conocida la de “tengo una muñeca vestida de azul”.
Tengo una muñeca
Vestida de azul,
Con su camisita
Y su canesú.
La llevé a paseo,
Se me constipó,
La tengo en la cama
Con mucho dolor.
Esta mañanita
Me dijo el doctor,
Que la dé jarabe
Con el tenedor.
Dos y dos son cuatro,
Cuatro y dos son seis,
Seis y dos son ocho,
Y ocho dieciséis.
Y ocho veinticuatro
Y ocho treinta y dos
Animas benditas
Me arrodillo yo
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