Algunas consideraciones

¿JUEGOS O DEPORTES?

Con frecuencia se originan debates acerca de la conveniente denominación de los deportes o juegos populares. ¿Son deportes o son juegos?. ¿Son tradicionales, populares o autóctonos?. La primera cuestión que se suscita es si se trata de juegos o de deportes. Si nos atenemos a lo que nos dice el diccionario resulta claro que estamos hablando de JUEGOS . Si preguntamos a sus practicantes unos nos dirán que es un juego, otros nos dirán que es un deporte y además bastante duro, sobre todo si la casualidad nos lleva a preguntar a un cortador de troncos o a un lanzador de barra castellana.

Analizando la evolución de estos deportes desde sus inicios, fácilmente llegaríamos a la conclusión de que en el caso de la provincia de Burgos estamos hablando de juegos, y en ningún caso, salvo excepciones, de deportes.

El juego, por definición, es una actividad espontánea, no reglada, o con unas normas sujetas a variación en cualquier momento, en función de las circunstancias en que se desarrolla el juego, y que persigue como único fin el de satisfacer con una actividad lúdica una de las apetencias del ser humano, sin que se persiga como objetivo único la obtención de un premio o recompensa.

El deporte actual, por el contrario, dispone de unas estructuras jerarquizadas u organizadas, persigue alcanzar unos objetivos claros (Premios, ascensos, méritos, etc.) y exige a sus practicantes una dedicación casi diaria que no se contempla en el caso del juego. Además sus normas son universales y no admiten ninguna variación o alteración en su contenido.

Otra de las características del juego es su estacionalidad, premisa que se cumple en el caso de los juegos tradicionales de nuestra provincia, que tienen unas fechas determinadas para su actividad, bien sea por motivos festivos, religiosos o simplemente climatológicos. El deporte sin embargo tiene que pagar el peaje de su jerarquización, y practicarse en las fechas, lugares y horas señaladas por exigencias del consumo.

Actualmente, se quiere dar fin a esta polémica o falta de acuerdo a la hora de definir de una manera homogénea a estos juegos, aplicando la expresión ETNOMOTRICIDAD a todas las manifestaciones lúdicas de un pueblo con características especiales y diferenciadoras con respecto de otros pueblos o culturas.

¿AUTÓCTONOS, POPULARES O TRADICIONALES?

Otra cuestión que se plantea es el dilema de elegir una adecuada definición para la adjetivación de nuestros juegos: Populares, autóctonos o tradicionales.

En principio, su definición como autóctonos parece descartada si nos atenemos a la descripción de autóctono como algo originario de una zona o localización concreta y determinada. Tal y como más adelante veremos, los bolos, la tuta y cualquier otro juego no sólo no son originarios de nuestra provincia, sino que ni tan siquiera tienen sus orígenes en nuestro país. Se podría admitir como autóctona la reglamentación concreta de una modalidad o sus variantes originadas en una localidad o comarca, como ocurre en el caso de Bolo Burgalés o el Bolo Tres Tablones, por citar tan sólo dos ejemplos.

Pero en ningún caso esto nos debe llevar a considerar a los bolos como un juego o deporte autóctono burgalés.

En cuanto al calificativo de popular , podría encajar perfectamente con la realidad de estos juegos, ya que son del pueblo, gozan de gran aceptación y simpatía y son gratos a la gente, independientemente de que los practiquen o no. Pero hoy día el término popular se aplica más a todo aquello que goza de popularidad y cuenta con una gran difusión, circunstancias que obviamente y por desgracia, no se dan en el caso de estos juegos.

Finalmente, el término de tradicional se acerca más a las particularidades de estos juegos, ya que ha sido la tradición, más que su popularidad, lo que los ha mantenido vivos hasta nuestros días, permitiendo su recuperación y su conservación como un legado cultural para las generaciones venideras.

Así pues, habiendo hecho un repaso a las diferentes denominaciones que han recibido estos deportes a lo largo de los tiempos, justificamos o damos por bueno el título de esta pequeña obra: JUEGOS Y DEPORTES TRADICIONALES EN LA PROVINCIA DE BURGOS.

APORTACIÓN DE LOS JUEGOS TRADICIONALES AL DEPORTE MODERNO

Resulta incuestionable que durante tantos años de práctica, estos juegos tradicionales han ido evolucionando; unos hacia otras variantes localistas y otros modernizando sus elementos o instalaciones, contribuyendo a la aparición de nuevos deportes.

Aún siendo conscientes de que nos vamos a olvidar de alguna contribución importante de los juegos tradicionales al deporte moderno, queremos rendir un pequeño homenaje a juegos tan nuestros como la Chirumba o Tala, que a partir del Siglo XVII adquirió carácter de deporte de mano de los colonos holandeses , que en la actual Manhattan crearon las bases del Beisbol, deporte olímpico desde 1992.

Ahí tenemos al Billar Romano (Bochas), que ha derivado en la actual petanca, uno de los juegos más practicados y difundidos en las últimas décadas.

La barra castellana, ya veremos su importante contribución al deporte de la jabalina, en la década de los cincuenta y sesenta, dentro del seno de la Federación Española de Atletismo.

El juego de pelota ha generado diferentes modalidades, la mayoría de ellas con herramienta: cesta punta, share, pala, pala corta, etc… constituyendo este juego en la actualidad la única modalidad deportiva de claro origen español que ha dado lugar a la creación de una federación internacional; La Federación Internacional de Pelota Vasca, que agrupa a más de quince países representantes de los cinco continentes.

La chueca , que ha dado origen a diversos juegos modernos entre los que destacan el hockey sobre hierba, el polo, el mallo y tantos otros juegos de bola y stick como el cricket o croquet.

Y por supuesto los bolos. Desde que en el año 1895 se constituyó en Estados Unidos la Federación Internacional de Bowling, su expansión ha sido constante por todo el mundo, y ya en los años 50 nos fue devuelto a Europa un juego de bolos totalmente desconocido del que los primeros colonos europeos habían llevado al nuevo mundo.