Infantiles
El Tirachinas
Esta herramienta, que llevábamos asomando por el bolsillo trasero del pantalón, es un clásico de los juegos y diversiones infantiles tradicionales. Resultaba inconcebible salir al campo sin llevar un tirachinas, o tirabeque, como nos gustaba llamarlo, para hacer frente a peligros imaginarios o simplemente para ejercitar la puntería disparando a ramas, pajarillos, botes o cualquier objeto susceptible de ser alcanzado por nuestros cantazos.
En algunas ocasiones también se utilizaban en peleas de pandillas rivales, como apoyo a las piedras lanzadas en esas contiendas clásicas llamadas “dreas”, aunque lo cierto es que casi nunca se causaban daños serios con estas armas infantiles.
Lo más interesante de los tirachinas era su fabricación, que se iniciaba con la búsqueda de la horquilla apropiada, procurando que tuviera una forma lo más regular posible y un grosor homogéneo. Antes de ponerla a secar, se le hacían unos rebajes en los vértices de la horquilla donde luego irían colocadas las gomas, generalmente de neumático viejo, que se sujetaban a la madera con hilo de bramante o alambre fino. La badana, donde se colocaba la piedra para el lanzamiento, solía ser de cuero, y si éste escaseaba se podía usar un trozo de lona recia.
Al igual que ocurría con otros muchos juguetes artesanos, lo normal era tener varios tirabeques de diferentes formas y tamaños.
Los juegos con el tirachinas, además de las prácticas de puntería mencionadas anteriormente, solían consistir en desafíos entre amigos o pandillas, con botes de conserva como blanco de los cantazos.
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