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«En casa»: Últimos trabajos del CEP Adultos Conde de Aranda.
‘Intensa y honda es la experiencia personal de la casa. La casa nos recibe cuando llegamos y nos despide al marcharnos. Alfa y omega de nuestras vidas, permanece encarnada en nosotros de forma indeleble. Indiferente resulta que existan otras, casa primera o casa última, es casa única, como en aquella transposición de Maruxa Mallo cuando, confundiéndoles, recordaba: subiendo las escaleras de la casa de Ribadeo se entraba a la cocina de la casa de Tui…
La casa es nuestro rincón en el mundo, o mejor dicho, el lugar que permanece a salvo, resguardado, ajeno al mundo. La casa es nuestro primer universo, pequeño cosmos que nos aporta seguridad, abrigo, que nos protege de la hostilidad exterior. (Víctor Hugo comentaba que incluso una catedral era, sucesivamente, huevo, nido, casa, patria, universo…).
Todo espacio habitado lleva consigo la noción de casa y todo refugio tiene valores de ensoñación protectora. La casa, el fuego, el agua, permiten evocar una síntesis de lo inmemorial y del recuerdo. En esa región distante, memoria e imaginación no se pueden deslindar. Ambas se mezclan e interfieren. Como en la canción de Moustaki, no sabemos dónde empieza una y dónde termina la otra.
Por eso la casa no sólo se vive día a día, al hilo de una historia o de unos sucesos, sino que se sigue percibiendo mucho tiempo después, como pasado pero sobre todo como espacio, como lugar al que aún podemos volver. Eso explica que la pérdida más grave no sea tanto la del tiempo –río que fluye y que desde Heráclito y Manrique sabemos irrecuperable– cuanto la de ese espacio al que podríamos regresar, pero algo, o alguien, nos lo impide.
Siempre me ha conmovido que los sefardíes expulsados de España por los Reyes Católicos conservasen, en la diáspora, la llave de su antigua casa. Se morían los padres, iban desapareciendo las sucesivas generaciones pero ellos guardaban, con emocionada devoción, la llave de su casa, de aquella casa que había sido referente, vida. La llave de una casa que habían tenido que abandonar por la fuerza, de la que habían sido expulsados. Una casa que, posiblemente, ya no existía, que ni siquiera habían conocido, pero que de alguna forma allí los seguía convocando, esperando, cuando menos como un símbolo. Me conmueve esa llave que ya no puede abrir ninguna puerta de ninguna casa, pero que todavía puede abrir las puertas de todos los recuerdos, de todas las vivencias, de todos los sueños.’
XULIO VALCÁRCEL
Poeta y narrador
Esto leemos en el díptico editado por el CEP de adultos Conde de Aranda para presentar sus trabajos, que en esta ocasión se exhiben al público arandino con el lema ‘En Casa’.
En palabras de Angela Gavilán, profesora de pintura del CEP y habitual colaboradora e ilustradora de las publicaciones de la AC la Tanguilla, ‘El Taller de Pintura del Centro de Adultos recoge la propuesta del tema “en casa” en las obras de esta exposición. Cuanto más sencillo es el tema, más abundante es la presencia humana, expresada en la sensación de intimidad de los objetos cotidianos. Composiciones conjugando lo encontrado con lo buscado, a veces, en el clásico bodegón, a veces, en la simplicidad del entorno doméstico.
Pintamos interiores con ventanas abiertas al exterior. Como en una metapintura del cuadro ventana, que nos abre a otras realidades en la pared de la casa.’
La exposición se puede visitar del 14 al 25 de abril, de lunes a viernes de 10 a 14 y de 17 a 21, y los sábados de 10,30 a 13,00 horas. Si de momento no puedes acercarte a la Casa de Cultura de Aranda de Duero, pincha aquí para acceder a la galería fotográfica de la exposición En Casa.
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