Deportes sorianos
Juegos de fuerza
ECHAR EL PALO:
Este juego consiste en situar dos contendientes en el suelo de forma que coincidan las plantas de los pies, y con las manos coger un garrote. Cada uno tira hacia su lado hasta que uno de ellos logra poner de pie a su contrario, dándose el caso a veces de que el vencido saltaba por encima de éste”.
En San Pedro Manrique ha sido un deporte practicado por los pastores, y se conoce con este nombre de echar el palo.
En otras provincias como León se llama “tirabeque” o “tiro del palo”.
Es un juego muy conocido por toda la geografía española para medir las fuerzas entre dos contrincantes.
Gervasio Manrique lo recoge como: “Juego en el que dos rivales apoyan sus codos sobre una plataforma. Se cogen con la palma de sus manos, y a la seña convenida del juez cada uno empuja con la fuerza de sus brazos al contrario. El juego lo gana el que logra doblar el brazo del contrincante”
TIRAR DE LA SOGA:
Consiste en dos bandos o grupos de individuos que cogidos a una parte y otra de una cuerda, intentan arrastrarse mutuamente. Se trata pues de un tipo de competición muy sencilla y que ha debido tener amplio desarrollo en toda España.
Miguel Moreno en su obra “Galería de Estampas y Costumbres”, lo cita como “arrastrar la cuadrilla”.
Las reglas por las que se rige este juego son muy simples. El número de participantes se determina al comienzo del juego, siendo lógicamente el mismo para ambos bandos. La cuerda se agarra con ambas manos, sin anudarla a la cintura. En la cuerda suele anudarse una cinta indicadora del centro exacto, que coincide con una señal marcada en el suelo.
En el pueblo de Tardelcuende el último participante de cada equipo se ata la cuerda a la cintura.
Este juego es muy conocido en el País Vasco con el nombre de “sokatira” con una reglamentación bien detallada.
CUCAÑAS:
“Consiste en un palo alto o mástil, untado de jabón para que sea resbaladizo, en lo alto del cual se cuelgan o colocan objetos o dinero, que se lleva el que llega a la cima”. (12)
Es éste un ejercicio que se realiza casi exclusivamente durante las fiestas de los pueblos, en forma de concurso, y con la finalidad de dar animación a las mismas.
En muchos pueblos sorianos, se utiliza para las cucañas, el “mayo” o mástil colocado anteriormente por los mozos, y que veremos en un capítulo posterior.
Una variante de este juego, y que también recibe el nombre de cucañas, pero con el calificativo de “acuáticas”, se realiza en algunos pueblos sorianos. En Vinuesa, lo hacían poniendo un pollo como premio en la punta del mástil, y además, he encontrado referencia escrita de ello, e el Diario La Voz de Soria, en el pueblo de San Esteban de Gormaz, con motivo de sus fiestas patronales.
Este juego de las “cucañas acuáticas”, más que un ejercicio de fuerza y habilidad, se reduce a una prueba de equilibrio. Consiste como las cucañas terrestres, en completar el recorrido de un tronco largo y recto, untado de jabón o de sebo, para aumentar su dificultad, pero en esta modalidad, la posición del trono es horizontal y no vertical como en las “terrestres”. El tronco se fija sólidamente a la orilla del río, se coloca el premio en la punta del mástil, y una vez enjabonado, los participantes comienzan a pasar en tantos intentos como quieran, pero nunca seguidos. Como es de imaginar, el hecho de llevar los pies mojados y estar enjabonado el tronco, dificulta en gran manera su recorrido, y con las continuas y aparatosas caídas de los participantes, se genera una gran diversión entre los participantes y los espectadores.
Como en las cucañas terrestres, el ganador es el primero que consigue coger el premio, con lo cual termina la prueba.
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