Infantiles
Las sillas
Para jugar a las sillas había que colocar una hilera de sillas en medio de la habitación o del portal, de manera que hubiera una silla menos que el número de participantes en el juego. Se colocaban de manera que una mirase hacia delante y la siguiente hacia atrás.
Se hacía sonar música, bien con un instrumento (un tambor o una pandereta) o bien cantando un jugador que hiciera de madre, y los niños marchaban en fila alrededor de las sillas, bailando alrededor de las sillas, sin tocarlas ni rozarlas. Cuando de repente cesaba la música, todos habían de correr a tomar asiento, pero uno de ellos, naturalmente, se quedaba sin silla y era eliminado, retirándose del juego y llevándose una silla para que siguiera habiendo un jugador más que sillas.
Se volvía a hacer sonar la música, y así sucesivamente hasta que sólo quedaba un jugador, que era quien ganaba el juego.
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